miércoles, 5 de febrero de 2014

Los días se quedan cortos

Madre mía, si llevaba tiempo sin poder escribir un poquito. ¡Ni lo miréis, por favor, que me da vergüenza! Un montón, ya os lo digo yo.

Si el peque ya me ocupaba todo el día y apenas tenía tiempo que dedicar a estos menesteres blogueriles, ahora que he empezado a trabajar ya ni os cuento. Además mi marido está pasando a menudo semanas fuera, por trabajo, y el tema doméstico se me complica, pero no me quejo que por lo menos hay trabajo. Con todo, a mis días les faltarían como 10 horas para poder hacer (casi) todo lo que me gustaría hacer. Supongo que las que sois madres estaréis como yo o peor, las que tenéis más de un churumbel. Que conste aquí mi admiración por todas vosotras.

Tengo cosas que contar; os quería hablar de mi reincorporación al trabajo, de los avances de Garbancito, que crece más rápido de lo que puedo a veces asimilar, de cómo va nuestra asociación de familia que ya ha empezado a funcionar; tengo entradas pendientes sobre la introducción de los sólidos, los dientes, los juguetes... ay madre! No se si llegaré a terminarlas nunca porque el poco tiempo que me queda estoy con mi peque que me demanda mucho, aunque esto no es nuevo desde que vuelvo a trabajar, sino de siempre ;-) Pero en fin, ya sabíamos que todo esto venía en el lote.