Os conté hace un par de semanas que con la segunda
menstruación tras el legrado se “levantaba la veda”. Oficialmente ya estamos otra vez a la “caza”
de un nuevo embarazo, a ver si esta vez nos sale un poquito mejor. También os
decía que tenía algunos miedos.
Bueno, pues los miedos se van calmando poco a poco, aunque
como soy de naturaleza come-cocos en cuanto tengo un ratito de asueto me pongo
a pensar en las cosas más raras (sí, desvarío bastante) y a veces se me cuela
alguna de esas preocupaciones sobre un embarazo que os comentaba. Casi casi, lo
mejor es ir con la lengua fuera todo el día para no tener tiempo de pensar
demasiado, jejeje. En fin…
Llevo desde esa segunda regla contando días para arriba y
para abajo: que si tantos días de ciclo, que si tantos días para la próxima
ovulación, que si tales días tendríamos que echar un p … ejem… intimar, que la
próxima regla tendría que venir el tal… Y así estamos: echando cuentas. Vuelve la
ilusión de hace unos meses cuando empezamos con esta historia. Y como la
autosugestión te hace ver cosas, sean o no, cuando tengo sueño, o me noto una molestia
en el abdomen o cualquier otra cosilla,
pienso enseguida “¡eso es que me he quedado embarazada!”. De todos modos
no estoy muy convencida de que así sea.
Con el embarazo anterior lo noté enseguida, tanto que para hacerme el
test llamé a mi marido y le dije: “cariño, pásate por la farmacia antes de
venir a casa y compra un test, porque estoy embarazada”, y efectivamente lo
estaba. Claro que dicen que cada embarazo es diferente, así que…
No quiero estar haciéndome el test cada mes, prefiero
esperar a tener un retraso (que en mi caso tendrá que ser de varios días por lo
irregular de mi ciclo menstrual), o como la otra vez, a estar más convencida de
los síntomas. Intento no pensar mucho en ello, así no se me hace tan larga la
espera ni las dudas. Aún así, yo sigo echando cuentas… “Nacería por… febrero??”
Recuerda que tu mente es tan poderosa como quieras tú serlo; dirígela hacia tu destino, pero no la permitas que te dirija a ti y se apropie del camino entorpeciéndote el trayecto. Te espero el miércoles para pasarte el testigo!
ResponderEliminarBesitos mil!
Gracias, ahí estaré! Para recoger el testigo y para acompañarte. Que vaya todo muy bien.
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